Las Nubes de Magallanes

En una noche clara, de esas en que las nubes y la luz de la luna no molestan, es posible distinguir en el cielo patagónico dos llamativas “manchas” blanquecinas, cercanas a la Cruz del Sur.

¡Son dos galaxias!

Esas dos manchas blancas, como si fueran nubes que no se dejan mover por el viento nocturno, son dos galaxias, las únicas dos que, junto con la Vía Láctea, podemos ver a simple vista (es bueno aclarar que la galaxia de Andrómeda también puede verse a simple vista, pero es muy difícil de lograr aquí en la Patagonia, debido a que está muy cercana al horizonte norte. Y además, es mucho menos brillante y extensa que las nubes de Magallanes).

Las nubes tienen un tamaño aproximadamente como el de una luna llena, aunque brillan mucho menos que ella.

Satélites naturales de la Vía Láctea

Las Nubes de Magallanes forman parte del Grupo Local de Galaxias. Es decir, el conjunto de galaxias del cual forma parte la Vía Láctea, todas ellas relacionadas entre sí gravitatoriamente, girando unas en torno a las otras.

Se ven tan bien debido a que están muy próximas a nuestra propia galaxia, tan cerca que en realidad están orbitando a su alrededor, por lo que las llamamos satélites de la Vía Láctea, lo que además nos indica que las Nubes son mucho más pequeñas que ésta.

¿Qué forma tienen?

Luego de observarlas por unos minutos, notaremos que presentan una forma bastante irregular. Si pudiéramos viajar y desplazarnos por sus alrededores, mirándolas desde varios lugares distintos, siempre veríamos que no tienen una forma definida: no son ni espirales ni elípticas. Por esta razón se las denomina “galaxias irregulares”.

Se mueven mucho

Existen registros de astrónomos que han observado estas galaxias hace muchos años. En el 903, un astrónomo persa, Al-Rahman, llamó a una de ellas “el buey blanco”. En 1451 fueron observadas por Américo Vespucio en uno de sus viajes al sur. En 1589 ya se hacían globos celestes que representaban todo el cielo, incluyendo la parte sur con las Nubes de Magallanes. Todos esos registros coinciden con lo que hoy podemos observar: parece como que su forma no ha variado en lo más mínimo.

Sin embargo, los astrónomos han encontrado evidencias que indican que nada es tranquilo allá en las dos pequeñas galaxias satélites: hace unos 200 millones de años, aproximadamente, ambas nubes estuvieron a punto de chocar entre sí debido a la fuerte interacción que sufren con la gran Vía Láctea, lo que además les produce continuas perturbaciones en su forma.

Por otra parte, como en todas las galaxias, las estrellas, gas hidrógeno y polvo que las forman, están en continuo movimiento, girando y trasladándose a grandes velocidades.

¡Nada es estático en el Universo! Sólo hay que tener paciencia (saber esperar unos pocos millones de años), o bien tener ojos para ver y saber deducir qué está sucediendo detrás de una aparente calma.

Néstor Camino
“El rastro del Choike” / Esquel (Chubut)
Complejo Plaza del Cielo

Grafico: astronomiatualcance.blogspot.com.ar

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