Pasionaria

Salí a caminar por el bosque en estos días de otoño, y noté que los árboles ya han perdido sus hojas. El verde se ha desplazado hacia abajo, a los arbustos, que ahora sí aprovechan el sol que antes quedaba en la copa de los árboles.

Una mañana, mientras disfrutaba de la batalla del sol contra la niebla otoñal, pude observar un caldén con su copa cubierta de un follaje muy verde. Curioso, me acerqué y pude comprobar que era una enredadera, y que el verde follaje eran las hojas de esta planta.

Les pregunté a mis amigos si la conocían, y uno me contó que una tía tenía una en el patio de la casa, y que le parecía que daba frutos, mientras que otro dijo haberla visto sobre los alambres cuando iba al campo.

Estaban acertados: frente a nuestros ojos se mostraba espléndida una de las enredaderas más famosas de América: el «Mburucuyá», más conocida como «pasionaria».

Esta planta, que crece subiéndose por los árboles, tiene un tronco de color marrón de unos 3 cm de diámetro, y alcanza fácilmente los 4 m de altura. Las hojas, tienen la forma de una mano (nosotros les decimos peltadas y si te fijás, vas a ver que cada ramito tiene cinco hojas unidas). La flor es bellísima; sobre una forma de estrella, se combinan el blanco, el amarillo, el violeta, el verde y otros colores que hasta cuesta precisarlos.

Ficha técnica:

Nombre: mburucuyá, pasionaria, corona de Cristo.

Nombre científico: Passiflora caerulea.

Familia Passifloraceae

Género: Passiflora

La flor da origen al nombre con que más se la conoce: pasionaria. Para muchos, simboliza ciertos aspectos de la pasión (el sufrimiento) de Cristo. La corola (el conjunto de pétalos) bordeada de filamentos, recuerda la corona de espinas. Los 3 estigmas (la parte superior del órgano femenino de la flor), representan los 3 clavos. Los cinco estambres; las cinco heridas de Jesús. Y el tiempo que vive la flor (sólo tres días), el período que transcurre entre la crucifixión y resurrección.

Como siempre, la flor deja paso al fruto. Vas a ver que es redondo, bien anaranjado, y casi siempre está comido por los pájaros. Si te animás a abrirlo y probarlo, vas a ver que el sabor es extremadamente dulce y nos recuerda su origen tropical.

La pasionaria se extiende desde el corazón del Amazonas siguiendo selvas y bosques, hasta llegar a nuestra región, el límite sur de su hábitat.

Mis amigos se quedaron asombrados por la belleza y las particularidades de esta representante de nuestra flora provincial. Y eso que no les conté que le “robaron” el título de Flor Nacional... Pero bueno; esa es otra historia.

Texto: Horacio Riesco
Fotos: Instituto de Botánica Darwinion

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