Diversidad cultural

De las 10.000 lenguas que existieron en algún momento hoy sólo se hablan apenas 6.000. Actualmente existen más de 5.000 grupos étnicos en el mundo y millones profesan distintas religiones... Sin embargo el presente está marcado por la globalización y la comercialización de bienes culturales...

“No quiero mi casa amurallada por todos lados ni mis ventanas selladas. Yo quiero que las culturas de todo el mundo soplen sobre mi hogar tan libremente como sea posible, pero me niego a ser barrido por ninguna de ellas” (Mahatma Gandhi)

Suplemento ECO (Septiembre de 2004)._ El nacimiento de las “naciones” en el siglo XX tuvo como exclusivo objetivo la creación de estados con identidades singulares y culturalmente homogéneas. El exterminio de pueblo indígenas en toda América y otros continentes es un lamentable testimonio.

“A lo largo de la historia, en todas las regiones del mundo se han reprimido las identidades culturales. Los conquistadores, los colonizadores, los déspotas y los gobiernos democráticos han intentado por igual imponerles alguna determinada lengua, religión o modo de vida a quienes se encontraban bajo su tutela”, dice el Informe sobre Desarrollo Humano 2004, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Casi como elemento exclusivo el presente tiene a la globalización como protagonista. Pero aún así, y a pesar de los análisis de muchos pensadores, la variedad es un elemento distintivo en el pasado de la humanidad y lo será seguramente en el futuro si las políticas cambian.

En los 200 países que existen en el mundo conviven unos 5.000 grupos étnicos y más 150 países tienen al menos una minoría étnica o religiosa que representan un mínimo de un 10 % de la población.

“En esta era de la globalización, también ha surgido entre los individuos, las comunidades y los países que perciben el desplazamiento de su cultura local, una nueva clase de exigencia y demanda política: la conservación de la diversidad en un mundo globalizado”, dice el informe titulado “La libertad cultural en el mundo diverso de hoy”.

Identidad

Todas las personas tienen características que los identifican: la nacionalidad, el género, la religión, la raza, la lengua y la política son las más comunes aunque existen muchas más.

En los 200 países que existen en el mundo conviven unos 5.000 grupos étnicos y más 150 países tienen al menos una minoría étnica o religiosa que representan un mínimo de un 10 % de la población.

Resulta una necesidad para los individuos tener sentido de identidad y pertenencia a uno o varios grupos. Ser argentino; ser hombre, mujer, trans, gay, etc.; tener pensamientos político de derecha o izquierda; ser católico, ateo o musulmán... 

“La diversidad cultural ha llegado para quedarse, para crecer”, dice el Informe casi como un anhelo y señala que el verdadero “desarrollo humano” comprende, además de los índices de analfabetismo, salud, vivienda, etc., las libertades culturales. “La negación de la libertad cultural puede generar privaciones muy importantes y así empobrecer la vida de la gente”, y aclara que más que glorificar a las culturas tradicionales, el “aspecto medular” es la “libertad en las esferas culturales”.

Sin embargo, y a pesar de la variedad de lenguas, religiones, razas e ideas políticas, al momento de definir la identidad y la diversidad cultural la polémica se enciende.

Sólo si se profesa determinada religión se puede acceder a cargos de gobierno; aquellos inmigrantes nacionalizados tienen determinados derechos en muchos países industrializados; las demandas de los pueblos indígenas apenas son escuchadas...

“La libertad cultural es violada cuando hay falta de respeto o reconocimiento por los valores, las instituciones o los estilos de vida de grupos culturales y cuando las personas son discriminadas debido a su identidad cultural”, dice el organismo de las Naciones Unidas. “La libertad cultural es la libertad que tienen las personas de escoger su identidad (de ser quienes son) y vivir sin perder el acceso a otras opciones que les resultan importantes”.

Pueblos indígenas

En el mundo existen más de 300 millones de personas que pertenecen a diversos grupos indígenas. Repartidos en unos 70 países, hablan unas 4.000 lenguas. Sólo en América Latina habitan más de 50 millones, algo más de 11 % del total de la población en el continente.

“Estos grupos son herederos de culturas únicas y formas sin igual de relacionarse con otros pueblos y con el medio ambiente”. Sin embargo, en América (y otros continentes) “las conquistas militares, la destrucción ecológica, el trabajo forzado y una serie de enfermedades mortales redujeron a las poblaciones indígenas hasta en un 95 %”, dice el PNUD.

Respetar la diversidad cultural es permitir el acceso a los recursos necesarios para el desarrollo de esos pueblos y la tierra es uno de ellos. A pesar de habitar la mayoría de los ecosistemas de la Tierra desde hace siglos, los pueblos indígenas tienen el derecho legal de ocupar sólo el 6% del territorio total del planeta “y en muchos casos tal derecho es parcial y acotado”.

Sin la propiedad de las tierras, tampoco se les reconoce legal y comercialmente los conocimientos tradicionales relacionado con las plantas medicinales y las variedades de alimentos. Según un estudio de marzo de 2000, 7.000 patentes habrían sido otorgadas para el uso no autorizado de conocimientos tradicionales o la apropiación indebida de plantas medicinales a empresas multinacionales.

Exclusión

Las formas de marginación son muchas y los números asombran. La exclusión económica margina a 1.200 millones de personas que sobreviven con menos de un dólar diario. La religiosa afecta a 359 millones de personas.

La lengua materna, un elemento clave de identidad cultural de un individuo, es otro factor negativo en muchos países. “Restringirles a la gente el uso de la lengua materna puede excluir a la población de la educación, la vida política y el acceso a la justicia”.

Tomado sólo como indicador, el Informe señala que de las 10.000 lenguas que existieron en algún momento, hoy sólo se hablan 6.000 y los pronósticos estiman que disminuirán entre un 50% y un 60% en los próximos 100 años.

Según un estudio del Centro Internacional de Desarrollo y Manejo de Conflictos, de la Universidad de Maryland, y tomando sólo datos de los grupos organizados que han sido víctimas de discriminación, al menos 518 millones de personas sufrieron exclusión por motivos religiosos, políticos, económicos y educativos.

Globalización

¿Cómo hacer que la variedad sobreviva en este mundo globalizado? La pregunta busca su respuesta en las casi trescientas páginas elaboradas por el equipo de expertos contratados por las Naciones Unidas.

La industria de Hollywood llega a 2,6 mil millones de personas en el mundo y Bollywood a 3,6 mil millones.

Sin embargo el mercado, figura central de esta era global, ahoga las oportunidades y suprime la diversidad. La globalización ha acelerado el flujo de inversiones y conocimientos, películas y otros bienes culturales que acarrea “un profundo impacto sobre el modo de vida de los pueblos”.

Alertados por este presente surgen los movimientos antiglobalización o los activistas ecológicos o indígenas. “Lo que todos estos grupos de protestas tienen en común es el temor a perder su identidad cultural”, dice el PNUD.

Sucede que el temor tiene su razón. Según los datos del Informe, el comercio mundial en bienes culturales (cine, fotografía, equipos de radio y tevé, documentos impresos, literatura y artes visuales) se cuadruplicó en los últimos años, pasando de 95 mil millones de dólares en 1980 hasta más de 380 mil millones de dólares en 1987.

Existen más de 300 millones de indígenas que habitan en unos 70 países y hablan unas 4.000 lenguas. En América Latina hay más de 50 millones, un 11 % del total de la población.

Pero el dato más preocupante es que sólo 13 países concentran el 80 % de ese flujo. Sólo la industria de Hollywood llega a 2,6 mil millones de personas en el mundo y Bollywood a 3,6 mil millones. La industria cinematográfica estadounidense alcanza a aproximadamente el 85% del público cinéfilo del mundo.

Con este presente, el PNUD señala que si el objetivo es erradicar definitivamente la pobreza, primero hay que construir sociedad inclusivas y diversas en términos generales. “El mensaje principal de este Informe destaca el amplio potencial con que contamos para crear un mundo más pacífico y próspero si se incorpora el tema de la cultura a la práctica y la teoría más convencional del desarrollo”.

Texto: Pablo D’Atri
Ilust.: Bibi González

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