Hecho de plástico

Se convirtió en el gran villano de las cruzadas ecologistas, aunque sólo representa el 8 % del total de la masa de los residuos. El plástico es la vedette de los basurales, y también lo es del día a día del hombre moderno. Existen propuestas para ordenar su uso e incluso para reciclarlo.

Durante el día utilizamos un sinnúmero de objetos construidos con plástico: Envases, ropa, elementos del auto, útiles de la escuela, objetos de la oficina y del hospital… Sin embargo lo acusamos de ser el gran villano cuando vemos que cientos de bolsitas se amontonan en los alambrados o ensucian la ciudad. Hay quienes sostienen que con una correcta planificación se pueden evitar muchos males. Ya existe tecnología para reciclarlo.

Desde las primeras aplicaciones comerciales en el período de entreguerras del Siglo XX (1919-1939), el desarrollo de los plásticos contribuyó, sin dudas, a mejorar la calidad de vida de las personas.

De hecho, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos utilizamos una gran variedad de objetos de este material. La carcasa del despertador, la cortina del baño, la indumentaria fabricada con fibras textiles o partes plásticas (como la camisa o blusa, el pantalón, el impermeable, la campera, el calzado, etc.), los envases de los alimentos que consumimos, los utensilios del hogar que usamos en la preparación, presentación y consumo de nuestras comidas, el cepillo de dientes, el chupete, el mordillo y el juguete de nuestro bebé, distintas partes del automóvil, el celular y la computadora, los muebles de la oficina, los artículos de jardinería, los cds y equipos de tevé, audio y electrodomésticos...

La vida del habitante común sería, seguro, más complicada si no se hubieran inventado los plásticos. De hecho, los materiales fabricados con este material son amigables al consumidor porque son livianos, fáciles de manipular y también de limpiar.

Reciclado

A la hora de reciclar un material plástico se recomiendan utilizar los tratamientos mecánico y químico. El primero consiste en fundir el material procedente de un objeto plástico y emplear dicho fundido en la fabricación del mismo u otro objeto.

El segundo es un proceso muy reciente, de aplicación incipiente, en el cual los polímeros de los objetos plásticos usados se convierten, mediante reacciones químicas, en sus unidades constitutivas originales (los monómeros), que luego se pueden volver a polimerizar para obtener nuevos plásticos.

Mediante los métodos de reciclado, los plásticos pueden ser utilizados para fabricar desde las aplicaciones menos exigentes (madera plástica para postes, bancos de plazas, pisos de gallineros, fibras textiles, macetas, etc.), hasta las más complejas, como por ejemplo, plásticos provenientes

Se destacan por su gran durabilidad a la intemperie, por la impermeabilidad al agua y por la posibilidad de combinarse entre sí o con otros materiales tradicionales. Paralelamente, la posibilidad de reciclarlos en máquinas relativamente sencillas y con poco gasto energético, genera un aporte ecológico interesante.

Aspecto negativo

A pesar de las numerosas ventajas y vastas aplicaciones (que pasan en su mayoría inadvertidas en el devenir de la vida cotidiana) es condenado por la sociedad por su destacada presencia en los basureros, en las calles de la ciudad, a la orilla de las rutas y hasta en los mares.

A simple vista, tanto en la basura diaria que generan los vecinos como en los rellenos sanitarios y basureros municipales, se observan los grandes volúmenes de este material (no así en masa, ya que constituyen aproximadamente un 10% del total de la basura).

Opinión...

Hay una tendencia que es la de hacer de un problema puntual una cuestión de estado. Las bolsitas contaminan, hay que evitar que circulen en la ciudad, se prohíbe su uso y un problema menos… Pero, ¿es un gran problema ambiental?... “y… todo es relativo”, sería la respuesta...

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Además, y tal como es habitual, su presencia indiscriminada o desordenada en el medio ambiente tras su uso genera una desmejora de la estética paisajística y daños al medio ambiente como la muerte de animales por ingestión casual o errónea.

Pero la paradoja es que hoy existe una gran variedad de tecnologías que permitiría minimizar los trastornos producidos por el plástico. Con un correcto estudio, se puede realizar un manejo racional de este material y de otros que integran los residuos sólidos urbanos (RSU).

Contaminación: ¿un mal inevitable?

Si el manejo de los residuos sólidos urbanos no se hace en forma responsable, tanto por parte del ciudadano, como por la comunidad (que debe generar sistemas de manejo de residuos sólidos urbanos adecuados a la realidad de cada localidad), se tendrán consecuencias negativas (aunque no catastróficas), para el medio ambiente.

Como ocurre con cualquier otro material, existen diferentes niveles de impactos ambientales.

Frente a esto, la mejor estrategia es la prevención. Una de las formas es a través de la concientización y la educación de la población, para lograr pautas de comportamiento colectivo y respeto por el espacio público.

Por otra parte, es fundamental el diseño de estrategias de manejo racional de residuos sólidos urbanos, disciplina novedosa también denominada "gerenciación de los residuos" (waste management)

Alejandro Ariosti
(Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), Centro de Investigación y Desarrollo, Tecnología para la Industria Plástica - www.inti.gob.ar)

(Informe publicado en ECO de octubre de 2008)

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