Mujeres en bici

Menos del 5% de la población de la capital chilena usa la bicicleta como transporte, y de esta proporción solo el 20% son mujeres, según la Encuesta de Origen y Destino de Viajes Gran Santiago, publicada por el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones con datos de 2001 y 2006.

“En mi casa eran puros hombres, andar en bicicleta era cosa de hombres”, dijo a Tierramérica la comerciante Magali Lagos, quien a sus 46 años decidió aprender a andar en bicicleta. Hace dos se enteró de la existencia de la Escuela Bici Mujer, que dicta Macleta. Pero pensaba que “iba a hacer el ridículo”, y apenas hace unas semanas decidió incorporarse a las clases.

“Es difícil (tener confianza), cuando una no sabe, es bastante difícil”, confesó. No tiene temor de estar en la calle, pero sí de no lograrlo. Es un desafío personal y, si lo supera, se comprará su primera bicicleta.

No se trata de promover "un pedazo de fierro (sic), sino el empoderamiento de las mujeres a través de la bicicleta”, dijo a Tierramérica la coordinadora de Macleta, Sofía López. Las alumnas ya suman más de un centenar en un rango de edades de 18 a 68 años.

Andar

“Creemos que la bicicleta más que un fin en sí mismo se convierte en un medio” explicó López. “Una mujer que empieza a andar en bicicleta está más contenta, está consciente de su espacio público, lo quiere ocupar, interactúa con otras personas… promueve un empoderamiento”.

Además, es un medio de transporte económico, “y eso también nos permite avanzar en justicia, porque en bicicleta somos todos iguales y nos movemos iguales, y en el fondo se beneficia el que tiene menos para invertir en un medio de transporte”, enfatizó.

En esta realidad, la bicicleta entraña enormes beneficios para esta ciudad: no emite sustancias tóxicas, contribuye a descongestionar el tránsito y es silenciosa. Estas ventajas son reconocidas por las autoridades.

Pero Macleta va más allá. En la política pública de transportes se deben considerar las necesidades y requerimientos femeninos, ya que la mujer “es un usuario distinto, como los adultos mayores y los niños", argumentó López.

Hay diferencias de movilidad entre los usuarios y formas de desplazamiento según género, explicó. Más de 40 por ciento de los viajes de las mujeres son a pie, y más de 60 por ciento se desplazan fuera de las horas punta, por lo que se estima que la mayoría "no viajan por motivos laborales, sino relacionados con tareas domésticas o con sus responsabilidades de cuidadoras del hogar", concluyó. (Pamela Sepúlveda/IPS) Nota completa

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