El oeste pampeano continúa con escasez de agua en el río y vuelve el viejo reclamo por su caudal. Atuel en mapuche significa 'lamento'. Y algo de eso corre por su cauce.
Santa Isabel se convirtió en el reflejo de la lucha en defensa de los ríos pampeanos. En febrero una numerosa asamblea pidió que se garantice un caudal mínimo permanente del río Atuel hasta su desembocadura en el río Salado-Chadileuvú.
La convocatoria se realizó a través de las redes sociales. Cientos de mails, sitios en facebook y mensajes de texto invitaban a participar por la histórica demanda.
Histórico
Los antecedentes de la lucha de La Pampa por sus ríos tienen una larga historia. En el año 1947, con las obras de los Nihuiles en Mendoza, cesaron los últimos escurrimientos del Atuel hacia La Pampa y la fértil cuenca Desaguadero-Salado-Chadileuvú desapareció. De los cinco brazos del río, actualmente sólo queda activo el arroyo de la Barda y ha desaparecido un humedal de casi un millón de hectáreas.
Por todo esto La Pampa acudió a la Corte Suprema de Justicia de la Nación en 1979. Hizo sus reclamos para que Mendoza no impida al Atuel discurrir sus aguas en todo su cauce, en toda su extensión, lo que incluye el territorio pampeano.
Cansada de acuerdos interprovinciales incumplidos y tras ocho años de trámite, en 1987 la Corte Suprema exhortó "a las partes a celebrar convenios tendientes a una participación razonable y equitativa en los usos futuros de las aguas del río Atuel".
Caño
Un lastimoso canje de "un caño por un río", nuevos cortes y otros tantos reclamos se sucedieron por años. En 2008, los gobernadores Oscar Jorge y Celso Jaque firmaron, junto a la presidenta de la Nación Cristina Fernández, un convenio que establece un caudal mínimo para La Pampa y una serie de obras en el sur mendocino.
A comienzos de 2012, la Universidad Nacional de La Pampa presentó el estudio para la cuantificación monetaria del daño causado a la provincia por la carencia del caudal fluvioecológico del río Atuel. Los números aún se desconocen.
Años
Pasaron 25 años desde el pronunciamiento de la Corte. La Pampa sigue seca y Mendoza no toma en cuenta el compromiso de negociar. Convencidos de que las acciones institucionales no producirán por sí solas el regreso del agua del Atuel, los pobladores afectados decidieron "emprender un camino alternativo de lucha, sin mengua de las instituciones y con el único objetivo de hacer visible en todo el país el desastre ambiental y social ocasionado por Mendoza y sensibilizar a los gobernantes sobre la necesidad de atender en forma urgente esta problemática", aseguraron desde la Asamblea Popular por la Defensa de los Ríos Pampeanos.
Hacia el oeste del territorio provincial viajaron los vecinos. Desde Santa Rosa y General Pico partieron en micros y se unieron a los habitantes de Santa Isabel.
A la vera de la ruta N° 143, medio millar de personas se manifestó. Entre las medidas de protesta, eligieron entregar información a los viajeros y juntar firmas en adhesión al reclamo.
En la proclama presentada al final de la jornada en esa localidad, los ciudadanos autoconvocados explicaron que con la jornada comenzaron "un nuevo camino de lucha en defensa de los recursos hídricos provinciales y en demanda de un caudal permanente del río Atuel hasta su desembocadura en el Desaguadero-Salado-Chadileuvú". Inspirados en la gesta popular de principios de los años '70, "conformamos una Asamblea Popular" para "iniciar medidas de acción directa para modificar la histórica negativa de Mendoza a permitir el libre escurrimiento del río y la insensibilidad del gobierno nacional".
Nadia Villegas
Foto: diario La Arena