La peor y la mejor

La peor solución para los residuos patogénicos en Santa Rosa es no hacer nada. Durante muchos años, muchos, se hizo poco, casi nada. Pero se trata de una “nada” con serias consecuencias.

Invisibles a los ojos, las dioxinas y furanos que salían de las chimeneas del viejo horno pirolítico ubicado en el Hospital Lucio Molas o que se iban en las cenizas al relleno sanitario, al igual que otras sustancias, contaminaban la zona norte de la ciudad.

Las dioxinas son cancerígenas (así lo reconoce la OMS). No hacer “nada” es haber contaminado durante años y eso es grave.

Existe toda una polémica en cuanto a la tecnología apropiada (pirolítico y/o autoclave). Prestigiosas organizaciones afirman que incinerar es una mala opción.

El tema es que algunos se amparan en estos argumentos para justificar una inacción que genera más contaminación y peligro.

Los expertos descartan la incineración pero también hablan de un tratamiento integral. Dicen que gran parte de la solución está en la previa, en el origen.

Pero esta solución es compleja porque implica comprometer a quienes generan el problema.

La industria médica y los centros de salud deberían estar presentes en la búsqueda de soluciones. En esos lugares se producen miles de kilos diarios de residuos patogénicos.

Los temas ambientales están demandando una madurez política. Afrontarlos es un primer paso. Aportar la tecnología correcta es el siguiente y buscarle una solución integral es continuar por el buen camino.

 

Imprimir