Forestar La Pampa

Miles de plantas, entre nativas y exóticas, están listas para poblar la provincia de La Pampa (Argentina). Un programa gubernamental se propone entusiasmar a sectores de la producción rural y empresarial, a funcionarios y funcionarias municipales, así como a organizaciones no gubernamentales, para plantar árboles en los campos y en plazas, calles y accesos de las ciudades.

 

Más de 150.000 plantas tiene actualmente el Estado provincial.  Están listas para crecer en suelo pampeano. En los Viveros Provinciales, la Dirección de Recursos Naturales (DRN) del Ministerio de la Producción del Gobierno de La Pampa, cultiva una gran cantidad y variedad de especies que esperan ser reclamadas por sectores de la producción rural y autoridades municipales para colocarlas en la tierra y cuidarlas.

Desde hace casi tres años se desarrolla una campaña de forestación en toda la provincia. La propuesta es distribuir miles de plantas a través de tres programas de fomento: de Forestaciones Rurales, de Forestación Urbana y Periurbana, y de Mitigación Ambiental.

“Hace años que se promueve la práctica de plantar árboles en La Pampa”, dice Fernanda González, directora de Recursos Naturales de la Provincia. La funcionaria explicó que, en los últimos tres años, se realizaron charlas y se capacitó a personas en distintas localidades de la provincia, con el objetivo de que productores y productoras, autoridades municipales y el vecindario, adopten la costumbre de forestar. “Los beneficios son conocidos por todos, sin embargo hay que insistir para torcer una inercia general que lleva a no plantar aunque se reconoce la importancia de tener un árbol en el campo, en la ciudad o a la orilla de los caminos”, señala la funcionaria.

Mitigar

Forestar con el objetivo de minimizar o atenuar actividades o situación de contaminación, es una de las metas del Programa. De hecho, las forestaciones de “mitigación ambiental” propuestas por la DRN tiene como objetivo atenuar los efectos contaminantes y reducir los volúmenes de aguas tratadas provenientes de sistemas productivos como empresas lácteas, feed-lots, frigoríficos, industrias porcinas, entre otros. “Existen árboles como los eucalíptus que consumen hasta 700 litros de agua por día y colocar plantas para absorver aguas tratadas de, por ejemplo, una producción porcina, es una medida ambiental de bajos costos”, dice Alejandro Frank, técnico del Área de Arbolado Urbano y Forestación de la DRN. 

Cortinas para amortiguar los vientos, árboles para “fijar” los suelos frágiles como médanos, bajos salinos y zonas inundables, son los beneficios ambientales destacados. “Existen suelos propensos a erosionarse y una buena forestación revierte ese problema”, agrega Pedro Martínez, también integrante del Área, quien destacada el “valor agregado” del paisajismo: “Hay campos que tienen una forestación espectacular y cuando uno ingresa parece que hasta hay otro clima”, describe entusiasmado.

 

Árboles en el campo

“La forestación que estamos promoviendo para el sector rural tiene una mirada más ambiental que de producción forestal propiamente dicha”, explica Alejandro Frank. El profesional aclara que esto no significa que levantar una cortina o generar un monte para el ganado no contribuya a la productividad del campo: “Uno de los objetivos de la forestación rural es lograr el bienestar animal y esto tiene relación directa con el rendimiento y la rentabilidad de la actividad. Además, genera condiciones de trabajo más confortables para los empleados y empleadas”, dijo Frank.

Plantar árboles en el sector rural tiene sus ventajas. De hecho, reduce el consumo de agua de los animales, se demanda menos forraje y el incremento de peso es mayor que en los animales que sufren la exposición al sol, sobre todo en el verano.

Hace años que existen organismos que proponen combinar forestación y ganadería (le llaman sistema silvopastoril) y sostienen que se pueden cuadruplicar los rendimientos. Un equipo técnico del INTA Balcarce, por ejemplo, afirma que combinar árboles, ganado y forrajeras “redunda en beneficios para el productor” y que puede cuadruplicar el rendimiento. Dice que se puede pasar de obtener entre 50 y 100 kilogramos de carne por hectárea por año, a unos 200 a 400 kg/ha/año.

Por eso, y en línea con criterios manejados por instituciones como el INTA, desde la DRN se propone forestar en los accesos a los establecimientos, a modo de cortinas rompevientos, generar montes de abrigo para el ganado, para la fijación de médanos, bajos inundables y pequeños macizos, y también para la parquización del establecimiento rural. “Dependiendo de la especie de ábol, también se pueden aprovechar los postes, leña y hasta la misma madera”, agrega Pedro Martínez. 

El Estado pampeano bonifica al productor que paga sólo el 40% del ejemplar del árbol. Además, la DRN aporta, sin costo alguno, el equipo técnico para la planificación y el seguimiento de la plantación, además del asesoramiento sobre riego, control de plagas y podas. “El Programa entrega un máximo por establecimiento de 500 plantas por año”, dice Frank, quien informa que, hasta el momento, se han incorporado unos 50 campos.

Ciudades

El equipo técnico también asiste a los municipios provinciales en la gestión y planificación del arbolado urbano y periurbano. Esta tarea también se realiza para integrantes de escuelas, comisiones vecinales y organizaciones no gubernamenales.

El Programa de la DRN relacionado con las forestaciones “Urbanas y Periurbanas” está enfocado a mejorar la condición de los accesos a las localidades, a la creación de cortinas forestales para contener las corrientes de aire, a la creación de zonas buffer para agroquímicos, y a las delimitaciones internas de predios e instituciones municipales, provinciales, nacionales y ONGs.

En los últimos años se realizaron jornadas de capacitación en diferentes localidades destinadas a personal municipal y público en general, donde se tratan temas como prácticas de vivero, poda, mantenimiento, extracción, plantación y control de plagas. También se realizaron charlas en las escuelas sobre la importancia del árbol en el entrono urbano y el valor de la flora autóctona de nuestra provincia.

“Somos conscientes de que la forestación implica una mirada a largo plazo”, aclara Fernanda González. “Pero se trata de tener una mirada estratégica, una mirada en línea con los conceptos básicos del desarrollo sustentable”.

Informe: Pablo D’Atri
Ilustración: Bibi González

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