SUPERBARRIO

En una ciudad como México, donde más de 20 millones de almas caminan entre el smog, los automóviles y la pobreza, en esta ciudad vive SUPERBARRIO. Según cuentan las historias, cuando se produce alguno de los cientos de desalojos de viviendas, arrojan unas bengalas y él aparece de la nada...

  

El héroe de ciudad de México

Manchester, Inglaterra (junio de 1994). Desde la ventanilla del metro los ingleses miran curiosos a SUPERBARRIO. Cubierto de la cabeza hasta los pies, vestido con un ajustado traje rojo y una capa amarillo rabioso, este defensor de los pobres mexicanos parece más un personaje de alguna historieta norteamericana que un héroe Latinoamericano.

En las puertas del inmenso edificio del GMEX, frente al Hotel Britania (Inglaterra), SUPERBARRIO se acomoda su ajustado traje y nos cuenta sus “aventuras” en ciudad de México.

“Debajo de esta máscara está el rostro de cualquiera… hay una identidad colectiva”, nos cuenta. “Siempre hay una inquietud por saber quién está detrás y no se dan cuenta que lo que importa es lo que dice, mirar lo que está señalando”.

Si Superman es de acero y con gran musculatura, SUPERBARRIO tiene varios kilos de más y, seguramente, volar le cuesta mucho. Su mujer no trabaja en algún diario, sino que es una mexicana más de las millones que viven en México y también es anónima.

“Soy vendedor ambulante y me cuesta mucho esto de la doble identidad”, agrega SUPERBARRIO. “Hay algunas personas que saben quién soy. Pero el reto es mantener el anonimato porque el rostro cubierto te da muchas posibilidades”.

Cuando la policía llega con los dueños de las inmobiliarias que vienen a desalojar a una humilde familia, entonces se disparan unas bengalas para avisar a SUPERBARRIO que llega como un rayo acompañado de cientos de vecinos y dirigentes barriales.

La lucha parece que siempre comienza. “¿Desaparecer?, ¿no existir más?... solo cuando no haya más desalojos; cuando todos tengan un techo donde vivir; cuando tengamos una sociedad más justa, mas respetuosa; cuando tengamos gobiernos comprometidos que atiendan las necesidades y demandas de la gente... Cuando ya no lancen los tres cohetones porque no existirán más la pesadilla de los desalojos, entonces ahí hay que pensar en dónde guardar la máscara, el traje y la capa. Cuando esta nueva realidad suceda, como muchos, voy a ser el más feliz sobre la Tierra”.

¿Quién es?

Nadie sabe quién es, si es una sola persona o si son muchas. Si es un héroe o una organización de héroes. Sólo saben que a minutos del “cohetazo” aparece vestido de rojo y amarillo furioso. Todos los miran y esperan que diga qué hacer.

“Nos pasaba que estábamos días entero reclamando a cara descubierta y no pasaba nada”, nos cuenta. “De repente me cubro el rostro y todo cambia. Los gobernantes, que antes tardaban días en atendernos, ahora lo hacen en minutos”. 

Crónica de la urbe Medio siglo después del nacimiento de Superman en Nueva York, SUPERBARRIO anda por las calles y azoteas de la ciudad de México. El prestigioso norteamericano de acero, símbolo universal del poder, vive en una ciudad llamada Metrópolis. SUPERBARRIO, cualunque mexicano de carne y hueso, héroe del pobrerío, vive en un suburbio llamado Netzahualcóyotl. SUPERBARRIO tiene barriga y piernas chuecas. Una máscara roja y capa amarilla. No lucha contra momias, fantasmas ni vampiros. En una punta de la ciudad enfrenta a la policía y salva del desalojo a unos muertos de hambre; en la otra punta, al mismo tiempo, encabeza una manifestación por los derechos de la mujer o contra el envenenamiento del aire; en el centro, mientras tanto, invade el Congreso Nacional y lanza una arenga denunciando las cochinadas del gobierno. (del “Libro de los abrazos”, de Eduardo Galeano. Ed, Siglo XXI, pagina 112)

 

En la ficción los superhéroes demuelen montañas y edificios con sus puños, vuelan a velocidad supersónica y son individuos solitarios. SUPERBARRIO tiene la fuerza de la Asamblea de los Barrios y se refugia en el anonimato solo por seguridad. “Yo puedo verlos a ellos, pero ellos a mi no. La máscara te permite decir y hacer cosas. Pero sabemos que no ocultamos nada malo sino, todo lo contrario, estamos peleando por el bien de la gente, para que no la dejen en la calle”.

Cuando se presenta en foros y eventos internacionales como el FORO GLOBAL´94, aquí en Manchester, no lo hace como promotor del turismo en el Tercer Mundo. Cuando habla muestra el paisaje más cruel del continente. El periodismo y las cámaras de tevé lo muestran al pintoresco personaje y lo dejan hablar. “Yo vengo de México, la ciudad más contaminada del mundo, famosa por la “mordida”, por la corrupción, por la cantidad de personas que viven en pésimas condiciones”, denuncia cuando habla en el Foro.

Retirado de las “luchas libres” (como las nuestra de Martín Karadagian) por recomendación médica, SUPERBARRIO hoy es un trabajador más con sus propias fantasías y también sus propias frustraciones. “Admiro a Robin Hood y al Zorro”, nos cuenta y larga una carcajada. “No, en verdad, si tengo que hablar de héroes para mí es un ejemplo el cura José María Morelos, referente de la guerra de la independencia de nuestro país. También admiro a Zapata, a Bolívar, al subcomandante Marcos…”

Motivos

Sin impacientarse nos explica que el “proyecto político” que lo motiva es el de ampliar la democracia. “La Asamblea de los Barrios no es un partido político, pero no por eso separamos la lucha social de la política. Por eso invito a la gente a que participe en el espacio que quiera. La gente tiene que saber que, así como lucha y gana una vivienda o un empleo, tiene que aprender a ganar un país. La lucha por la democracia es de todos los mexicanos, con los partidos o sin ellos”.

Cuando se trata de dar un pronóstico es categórico: “Democracia no es sólo que se reconozca el voto de los ciudadanos. También es que se comience a dar las condiciones de cambio en el bienestar social, que se democraticen las instituciones. Tuvimos 65 años de dictadura y si el Gobierno no despierta, la puerta de Chiapas está abierta. Eso significa la posibilidad de que la violencia se extienda por todo el país… cosa que nadie quiere.”

“En mi país una de las profesiones más desprestigiadas es la de político”, dice. “No me agrada ser presidente ni funcionario político porque, la verdad, es que quiero seguir siendo útil a la gente”, aclara.

SUPERBARRIO participa en cuanto evento o encuentro lo inviten. Entre el público que lo escucha se cuentan presidentes, gobernadores, dirigentes sociales y ambientales, habitantes comunes de varios lugares del mundo. En el Foro Global 94, aquí en Manchester, dijo lo de siempre. “Los gobiernos se juntan para castigarnos y se juntan para aprobar políticas en contra de las voluntades populares y definen su propia idea de desarrollo. Los gobernantes se juntan y se hacen fuertes y se reconocen unos a los otros. Nosotros no. Por eso digo que, si alguna vez somos capaces de unirnos y hacer cumplir a los gobiernos lo que firman, como la Agenda XXI, la Declaración de los Derechos Humanos, la Declaración de Río… ese día vamos a ser los más democráticos y libres del mundo y voy a estar tan feliz que me voy a sacar este traje sin darme cuenta”.

Texto y fotos: Pablo DAtri

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Volando sobre Europa

Es esa máscara y la ropa de colores fuertes lo que llama la atención a los europeos. Aquí, en Manchester, en esta ciudad inglesa donde se desarrolla el Foro Global 94, aquí los habitantes que pasan caminando por el frente del hotel Britania lo miran y se ríen.

“Yo vine para ver qué podemos hacer juntos”, nos cuenta SUPERBARRIO. “No vengo a hablar de lo que tenemos que hacer en México, porque eso lo definimos y hacemos nosotros. Lo que queremos es que nos sentemos, los del Norte y los del Sur, y hacer un mundo mejor”, aclara.

Dice que le sorprende de los habitantes de los países industrializados la apatía, la rutina y la superficialidad. “Ayer hablaba con un sueco y me decía que su gran preocupación es no saber donde ir de vacaciones en el verano. Y nosotros que pensamos en cuestión de horas”.

“Los que vivimos en el Tercer Mundo tenemos que decirles que nos preocupa todo el mundo y no sólo América. Con los europeos nos conocemos desde hace más de 500 años. Yo les digo que nos preocupemos para que, en los próximos 500 años, como iguales, la vida en este planeta sea mucho mejor”.

Mientras nos cuenta, sentado en un escalón del ingreso al hotel, se acerca un grupo de estudiantes que le tocan la capa y lo miran. “A qué altura puedes volar”, le dice sarcásticamente uno. SUPERBARRIO se hace traducir y lo mira fijo: “¿Quieres que llegue a la punta de ese edificio?”, dice y hace un impulso con sus piernas y despliega sus brazos… Todos sé ríen y aplauden, aun cuando SUPERBARRIO sigue con los pies en la tierra. (PD)