Palestinos con sed

Los palestinos sufren uno de los mayores niveles de escasez de agua en el mundo. Tienen acceso a 320 metros cúbicos por año. La población israelí, que obtiene el recurso de las mismas fuentes de suministros, utiliza hasta nueve veces más esa cantidad.

Un informe de Naciones Unidas se señala que “en los Territorios Palestinos Ocupados, cada persona apenas accede a 320 metros cúbicos de agua por año, uno de los niveles de disponibilidad más bajos del planeta”.
La situación es más alarmante si se compara con la población israelí. Esta, que no alcanza a ser dos veces más grande que la palestina, utiliza siete veces y media más agua.

En el voluminoso Informe 2006 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), se describe la situación que padecen cientos de miles de palestinos. Bajo el título “Derechos relativos al agua en los Territorios Palestinos Ocupados”, el artículo señala que “en la Ribera Occidental, los colonos israelíes utilizan mucha más agua por persona que los palestinos y más que los israelíes en Israel: consumen casi nueve veces más agua por persona que los palestinos”.

¿Cómo se explican estas desigualdades?, se preguntan los autores del informe: “Los palestinos no tienen derechos establecidos con respecto a las aguas del río Jordán, principal fuente de aguas superficiales. Esto significa que las napas freáticas suplen casi todas las necesidades de agua en los Territorios Palestinos Ocupados.”

Pero el problema se agrava por el manejo de los acuíferos occidental y costero. El acuífero occidental, que forma parte de la cuenca del Jordán, es la más importante fuente de agua renovable para los Territorios Palestinos Ocupados. Cerca de tres cuartos del acuífero se suplen de nuevo dentro de la Ribera Occidental y fluyen desde ésta hacia la costa de Israel. Buena parte de esta agua no es utilizada por los palestinos. ¿La razón? Los representantes israelíes del Comité Mixto de Recursos Hídricos regulan severamente la cantidad y profundidad de los pozos operados por los palestinos.

“Para los colonos israelíes se aplican reglas menos estrictas, lo que les permite cavar pozos más profundos. Con apenas el 13% de todos los pozos situados en la Ribera Occidental, los colonos son responsables de cerca del 53% de la extracción de agua subterránea.”

Con las aguas de la cuenca costera se presentan problemas similares. Estas aguas escasamente llegan hasta la Franja de Gaza, debido a las altas tasas de extracción en la parte israelí.

“Las limitaciones en el acceso al agua están impidiendo el desarrollo de la agricultura palestina”, dicen los autores y aclaran que si bien este sector representa una parte cada vez menor de la economía palestina, “se trata de un sector crucial para los medios de sustento de las personas más pobres”.

Actualmente, el desarrollo del riego es bajo y menos de un tercio del área potencial está cubierta debido a la falta de agua. El bajo desarrollo de los recursos hídricos significa que muchos palestinos dependen de la liberación de agua por parte de compañías israelíes. Esta es una fuente de vulnerabilidad e incertidumbre ya que los suministros son frecuentemente interrumpidos durante los períodos de tensión.

“La construcción del controvertido muro de separación amenaza con exacerbar la inseguridad de agua. La construcción del muro ha tenido como consecuencia la pérdida de algunos pozos palestinos y el alejamiento de los agricultores de sus campos, en particular en zonas de secano altamente productivas alrededor de las provincias de Belén, Jenin, Nablus, Qalqilya, Ramala y Tulkarem”.

“Tal vez más que en cualquier otro caso, la seguridad del agua en las relaciones entre Israel y los Territorios Palestinos Ocupados se enmarca en problemas de conflicto más amplios y en las visiones de seguridad nacional”, dice en uno de sus párrafos el artículo que finaliza exhortando a un uso y gestión compartida. “Con todo, el agua es también un fuerte símbolo de un sistema más amplio de interdependencia que vincula a todas las partes. La gestión de dicha interdependencia con el fin de incrementar la equidad podría ser muy favorable para la seguridad de los seres humanos”.