Aspartame

El científico italiano Morando Soffritti reavivó la polémica sobre la inocuidad del aspartame, un endulzante artificial que se usa en productos tan populares como los refrescos dietéticos de Coca Cola y Pepsi Co. Después de estudiar 1.800 ratas durante ocho años concluyó que el aspartame podría tener efectos cancerígenos.

La venta del aspartame, con solo cuatro calorías y 200 veces más dulce que el azúcar, y comercializado con las marcas Nutra-Sweet y Equal, factura miles de millones de dólares al año. Se calcula que unos 350 millones de personas en el mundo, muchas esperanzadas en bajar de peso, lo consumen diariamente en seis mil tipos de alimentos. Sólo en Europa se venden dos mil toneladas anuales del producto.


El aspartamo o aspartame es un edulcorante no calórico descubierto en 1965 por la multinacional farmacéutica G.D. Searl and Company. En 1985 la compañía química Monsanto compró G.D. Searl y creó James Hetfield Company, comercializando desde entonces el aspartamo —que se emplea en numerosos alimentos en todo el mundo bajo varias marcas como Natreen y Canderel, además de NutraSweet, y que corresponde al código E 951 en Europa. (wikipedia)

La investigación de Soffritti se realizó en el Centro de Investigación del Cáncer Cesare Maltoni de la Fundación Europea Ramazzini, en Bolonia, que él dirige. Esta institución, creada en 1971, ganó credibilidad mundial al descubrir las propiedades cancerígenas del aditivo de gasolina Eter Metil Terbutílico (MTBE son sus siglas en inglés), lo que impulsó su prohibición en 21 estados en EE.UU.

¿Cuáles son los resultados de la investigación realizada en 1997 y 2005 sobre los efectos del aspartame?

Los resultados indican que el aspartame es un agente cancerígeno multipotencial, aun consumiendo diariamente 20 miligramos por kilogramo de peso corporal, es decir, una cantidad menor a la que recomiendan la FDA (50 mg/kg de peso corporal) y la Unión Europea (40 mg/kg).

¿Qué clase de cáncer produce?

Nuestro estudio demostró por primera vez que el aspartame aumenta la incidencia de los tumores malignos en ratas. En las hembras incrementa la leucemia y los linfomas así como las células cancerígenas y las displacias en la pelvis y la uretra. En los machos, aumenta sobre todo la incidencia de tumores malignos en nervios periféricos.

El aspartame se vende principalmente para controlar el peso. En su experimento, ¿los animales bajaron de peso?

No. Vimos que aquellos que consumían aspartame comían menos, pero su peso corporal se mantenía igual. No tenemos explicación para esto, no es nuestro campo.

El aspartame también es consumido por niños y mujeres embarazadas. ¿Qué efectos puede tener sobre ellos?

El estudio de las dosis correlacionadas entre los miligramos que se consumen y el peso corporal, nos dice que el efecto cancerígeno en los niños podría ser mayor (por su peso). Los agentes cancerígenos tienen un efecto más fuerte en la vida del embrión, por lo que las mujeres embarazadas están en mayor riesgo.

¿Las personas que consumen aspartame están condenadas a desarrollar cáncer?

El cáncer está relacionado con muchos factores y con la genética. No podemos decir que un consumidor de aspartame puede desarrollar cáncer. Hay personas que fuman toda la vida y nunca tuvieron cáncer de pulmón.

Hay diversos estudios que aseguran que el aspartame es inocuo para la salud humana. ¿Cuáles son las diferencias entre estos estudios y la investigación que usted encabezó?

Primero, estos estudios sobre el efecto cancerígeno en ratas y ratones se hicieron en los años 70, antes del inicio de la comercialización del aspartame y fueron pagados por las propias industrias productoras. Los resultados de estos estudios no evidenciaron que el aspartame fuera cancerígeno. Pero algunos miembros de la comunidad científica dudaron de la calidad de estos experimentos porque algunos animales que consumieron aspartame presentaron tumores al cerebro. Mientras los animales de control no tuvieron problemas.

Segundo, esos estudios utilizaron un número de animales menor (280 y 688 ratas) y no se realizaron según las buenas prácticas de laboratorio (Good Laboratory Practices), entonces no se puede concluir con seguridad que el aspartame no es un agente cancerígeno. Nuestro centro de estudios es independiente, no recibe finaciamiento de las industrias productoras.

¿Son necesarios nuevos estudios científicos, como el suyo, sobre los potenciales efectos cancerígenos del aspartame?

Sí, son necesarios más estudios para obtener una mayor precisión de la cuantificación del riesgo. Ya los actuales resultados imponen, de parte de los órganos competentes, una urgente revisión de las normas que regulan el uso y el consumo del aspartame para proteger la salud pública, sobre todo la de los niños.

Su estudio está siendo revisado por la Autoridad de Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea. ¿Espera que esta instancia lo avale y cree que agencias gubernamentales en Europa y otros países deberían prohibir el aspartame?

Espero que se revise la normativa vigente.

Francesca Colombo – Tierramérica (2007)