Aguas del Colorado

Las aguas del río Colorado están bajas, muy bajas. Según informes oficiales, en los últimos cinco años el río arrastra menos de la mitad de agua que en épocas normales. No está en riesgo el recurso para consumo humano, sin embargo el riego sufre consecuencias. Según informes globales, el cambio climático es un probable causante.

En la última reunión del Consejo Asesor en Recursos Hídricos de La Pampa, los técnicos y funcionarios advirtieron que las aguas del río estaban en niveles preocupantes: “hace años que estamos en una crisis hídrica y la situación se podría agravar”, afirmaron.

Este informe fue publicado en el suplemento ECO (distribuido con el diario La Arena) el 27 de julio de 2015

Con una media de 4.692 hm3/año (hectómetros cúbicos por año), la situación no es preocupante sólo por lo novedosa sino también por recurrente. De hecho, este es el quinto año consecutivo en el que las aguas están bajas, muy bajas. En el año 2009 el nivel superó la media anual (4.544 hm3/año), pero luego descendió abruptamente. Tal es así que en todo el 2010 y hasta el 2014 inclusive, las pérdidas acumuladas representan casi dos veces la media del río, dos veces el caudal medio anual del río.

El informe del COIRCO (Comité Interjurisdiccional del río Colorado) es contundente: El “déficit acumulado en 5 ciclos sucesivos es de 10.200 hm3”.

Preocupación

“Hubo nevadas importantes en la cuenca”, nos informa el secretario de Recursos Hídricos de La Pampa, Néstor Lastiri. La noticia resulta esperanzadora: Con nevadas y lluvias ríos arriba, cuando lleguen los calores el río podría recuperar su buen estado de salud.

Sin embargo el funcionario aclara que se están viviendo años de seca y que en casi todas las cuencas hídricas del país la situación es igual de preocupante. “A los ríos le faltan aguas”, dice.

Con una media de 147 metros cúbicos por segundo, el Colorado es un río fundamental para la vida de miles de personas, para el cultivo y el ganado, para la generación eléctrica, para industrias y la producción petrolera, y hasta para actividades recreativas.

Se calcula que hay días que el río arrastra un 10% del caudal normal. Según los técnicos de COIRCO, se calcula que esta situación se prolongará por algunos años.

COIRCO

Reconocido como uno de los pocos instrumentos legales de estas características en el país y la región, COIRCO (Comité Interjurisdiccional del río Colorado) nuclea a las cinco provincias que comparten la cuenca. “El acuerdo garantiza y permite un manejo correcto de las aguas del Colorado”, dice Fernando Andrés, gerente técnico del organismo.

Según el funcionario, es en época de crisis donde se pone a prueba. De acuerdo a su reglamento, la prioridad de uso es para consumo humano. Así, los que utilizan el acueducto del río Colorado en La Pampa (los miles de habitantes de Santa Rosa, General Acha y varias localidades pampeanas), los habitantes de La Adela (LP), Río Colorado (RN), etc., tienen garantizado el abastecimiento.

Del total del caudal, un 1% se utiliza para consumo humano. Esta es la prioridad determinada por ley. De ese total general, de ese 1%, es La Pampa la provincia que hace un uso más intensivo para consumo doméstico (el 52% del total), seguido por Río Negro (20%) y Neuquén (13%).

Teniendo en cuenta que el caudal del río en el año 2014 fue de 2.087 hm3 (la media histórica es de 4.692 hm3), el consumo para uso doméstico fue de 24,4 hm3 y el resto fue para riego (98%) y explotación minera petrolera (1%).

Limitada por la situación de crisis hídrica, el riego se realiza bajo un estricto control y una cuidada planificación. Los “regantes” ahora deben coordinar los tiempos para habilitar y cerrar compuertas, tienen un tiempo y caudal limitado y deben adaptarse a la “veda de riego simultánea y extendida” y a la “implementación de caudal extraordinario en la veda”.

Medir

Periódicamente los técnicos del Comité realizan las mediciones para saber cómo corren las aguas del río. Uno de los controles se realiza río arriba. En la Estación Buta Ranquil, al norte de la provincia de Neuquén, observan el nivel de las aguas en la “regla limnimétrica”.

Cambio climático

 

“El calentamiento global tiene un efecto perceptible en el ciclo hidrológico a través del cambio en los patrones de precipitación, así como en la intensidad y los extremos, como sequías e inundaciones”, dice un completo informe.

 

“Agua y adaptación al cambio climático en las Américas”, es el trabajo publicado recientemente donde se afirma que la adaptación al cambio climático y la mejora en la gestión del agua “son dos caras de la misma moneda para el desarrollo sostenible”.

 

El documento fue elaborado por un conjunto de organizaciones como ONU Hábitat, Global Water Partnership, el Banco Mundial, el BID, WWF, UICN, etc. Integran el “Diálogo Regional de Política de Agua y Adaptación al Cambio Climático en las Américas”, y proponen “arrojar una luz sobre las experiencias (o “soluciones”) de las Américas que buscan reducir la vulnerabilidad a los impactos del cambio climático”.

América Latina experimenta un incremento de 2.4 veces en de fenómenos climáticos, tales como sequías, inundaciones y desastres relacionados. Esto en un período que va de los años 70 y finales de los 90.

 

“Esta tendencia continúa a inicios del Siglo XXI”, dice el informe, que reclama políticas al respecto: “es el momento de mejorar la gestión del agua”.

En esa estación hace tiempo que las aguas del río Colorado siguen bajas. Ya lo técnicos habían observado que en el mes de mayo y junio del año pasado los registros eran contundentes: 38 a 40 m3/s. Un caudal bajo, muy bajo, afirmaron. “Nadie ha visto un nivel tan bajo en la estación de Buta Ranquil”, cuenta Miguel Boyero, presidente del Comité Ejecutivo de COIRCO, “por lo menos no existen registros oficiales que testifiquen una situación similar”, agregó.

La situación es preocupante, reconocen. El nivel del embalse en Casa de Piedra es un claro ejemplo y ya es un triste récord los niveles bajos en la represa.

Sin embargo los funcionarios reiteran que no existe peligro de abastecimiento para consumo humano. De cada cien litros que trae el río sólo uno se utiliza para consumo humano y la demanda total nunca alcanzó ese 1% del caudal, aclaran.

Es el riego el que requiere más atención, ya que 98 litros de cada cien que se extraen del río es para este fin.

Sin embargo todos reconocen que la gestión conjunta y planificada evita dolores de cabeza futuros. “Somos orgullosos defensores de instrumentos legales como el Tratado del Rio Colorado que sirve de base para el funcionamiento de COIRCO”, aclara Néstor Lastiri, “porque nos permiten resolver crisis hídricas como la del río Colorado con planificación y trabajos de contingencia”.

Texto: Pablo D’Atri
Ilust.: Bibi González