La bicicleta de carga, también conocida como bicicleta utilitaria, es considerada un medio limpio, seguro y eficiente para hacer repartos y transportar pasajeros en las ciudades. Por tratarse de un vehículo de tracción humana y que no usa combustible, esta forma de transporte podría beneficiar aún más a nuestras ciudades que otras tecnologías disruptivas.
Las bicicletas de carga son medios de transporte versátiles para el comercio urbano gracias a su viabilidad económica. Con ellos, se reduce la necesidad de tener camiones de reparto contaminantes y ruidosos que contribuyen a los atascos en las ciudades. Además, hacen que las calles estén más limpias y sean más seguras para los peatones y los ciclistas que las transitan.
En una investigación encargada por la Unión Europea se concluye que el 25% de todos los artículos podrían ser repartidos por bicicletas utilitarias y que el 50% de toda la carga de poco peso podría ser transportada por dichos vehículos en los entornos urbanos.
En el mundo, los clientes de tiendas en línea compran cada vez más todo tipo de productos, desde provisiones hasta muebles. La expectativa por la inmediatez, especialmente en los centros urbanos, ha provocado aumentos masivos del tráfico vehicular en las calles de las ciudades.
Mientras tanto, el 87% de los milenials prefiere realizar transacciones comerciales con empresas que tienen conciencia social y ambiental. En ese contexto, para una empresa informar a sus clientes que sus paquetes han sido enviados usando un medio de transporte sostenible y respetuoso con el medio ambiente podría convertirse en una importante ventaja comercial.
Según la Asociación de la Industria Alemana de Vehículos de Dos Ruedas (ZIV), en el último año se han vendido en Alemania 39000 bicicletas de carga eléctricas en comparación con 32000 automóviles eléctricos, algo notable si se considera que los segundos han recibido importantes subsidios gubernamentales, mientras que las primeras obtuvieron solo un pequeño apoyo financiero.
A nivel mundial, Deloitte (PDF, en inglés) predice que para 2023 habrá 300 millones de bicicletas eléctricas transitando en las calles del mundo, esto es un aumento del 50% en relación con las cifras actuales. Dichas estadísticas parecen mostrar que, a pesar de toda la atención en torno a los vehículos eléctricos y autónomos, el futuro de la movilidad eléctrica podría ser liderado por las bicicletas.
El resurgimiento de la bicicleta de carga, con el crecimiento exponencial del mercado de vehículos con asistencia eléctrica, parece tener un gran potencial no solo para los servicios de reparto en las ciudades, sino también para el transporte de pasajeros, especialmente a nivel de las familias